martes, 23 de septiembre de 2008

tsukikôsen



Sous la lune je révait avec tes bisous...

...et je me demande...pourquoi je me sens coupable

lunes, 15 de septiembre de 2008

ushinatta

...watashi wa ushinatta desu...

sekimen


Está demasiado acostumbrada al mortecino blanco porcelanoso de su piel como para soportar la idea de que a veces, cuando le habla, sus mejillas pierden su maravillosa palidez para enrojecerse levemente y notar que le arden.

En ése momento sólo le queda fruncir el ceño y los labios y apartar la mirada, como si con eso lograra que ésa sensación se esfumara o en vano intento de evitar que se enrojezcan como brasas y él lo vea.

Ésa sensación a la que está tan poco familiarizada, le hace sentir vulnerable y frágil, altamente indefensa ante sus palabras y en su interior chocan dos emociones.

La primera, la de dejarse querer.

Aceptar sus palabras y lo que dice que está dispuesto a hacer por estar con ella.

La otra, la de dejarse envolver por su coraza.

Pensar que sólo está pasando por una etapa de mezcla de amistad por amor y no creerle, seguirle hablando como siempre y hacer ver que no pasa nada.

Porque no quiere que lo pase mal, saben que hay ciertos factores que lo hacen dificil, por mucho que él se empeñes en decir que no, que se pueden superar.

Porque no quiere pasarlo mal, no quiere empezar de nuevo algo que no sabe qué puede traerle, sólo piensa en dolor y volver a sentirse como se sintió hace tiempo, con ése hielo aterrador en el pecho y la agonía de ver morir una relación.

Tampoco se atreve a dar un si o un no tajante...ella dice que no por varias razones, aunque él siempre acaba diciendo algo que trastoca sus razonamientos y no le queda otra que asentir a regañadientes.

De momento es un...no se sabe...pero lo que si sabe es que lo odia mucho porque esta mañana, al despertar, en lo primero que pensó fue en él...

Y eso le hace sentirse bien...a sabiendas que está mal.