lunes, 22 de febrero de 2010

Taim i'ngra leat

Simplemente te quiero.

No te lo dije hasta que fue tarde, pero al menos pude decírtelo y pude despedirme de tí...Sólo que jamás pensé que te vería marchar. El dolor sigue ahí, y aquí se quedará durante mucho tiempo, seguramente no se vaya jamás, a pesar que ahora tengo alguien a quien quiero con todo mi corazón y quiero estar con él, no podrá reemplazar el lugar que ocupas en mi interior...Pero gracias a él voy superando tu ausencia, poco a poco, estando a mi lado a cada lágrima y a cada bajada de ánimo.

No me importó cuidar de ti durante esos meses, lo hice por que quise y ahora echo de menos tu compañía, tus abrazos, tus mimos; aunque recuerdo con exactitud impresionante tu cara, los gestos, los susurros, cómo me tocabas el pelo y cómo reías cuando jugábamos y cómo te enfadabas cuando querías que parara y no hacía más que pincharte.

No sé dónde estarás ahora, ni si me verás o qué estarás haciendo donde sea que estés, pero me calma pensar que estás bien, como antes de que todo ocurriera y que nos ves, que estás feliz y por fin, descansando, que no te olvidamos y que por encima de todo...Te queremos.

Donde sea que estés...nunca nos olvides.

Te quiero papá.