jueves, 27 de diciembre de 2007

-- ichi --

Rrrr!! Rrrr!!

abrió los ojos poco a poco, esperando a que otro se levantara a coger el teléfono

Rrrr!! Rrrr!!!

(joder, pero qué pasa en esta maldita casa??)

cogió el despertador de su mesita de noche y se lo acercó hasta casi rozarlo con la nariz

(las 4...)

se levantó de la cama, abriendo la puerta de su habitación con cuidado y se encogió al notar el frío del pasillo, salió con los ojos cerrados y caminando llegó al teléfono del pasillo, encima de la frágil mesa apoyada en la pared

- SiIih *tosió* - si?

no soportaba su voz al despertar, era una mezcla de maullido de gato atropellado y garganta destrozada tras una noche gritando en un concierto

- Mi rosa del desierto!!

sólo había una persona en el mundo que la llamaba así, y estaba lejos...muy lejos

- Pa-papá??
- Mi pequeña rosa del desierto, sabía que cogerías el teléfono!!
- Joder, si nadie más se levanta, tendré que hacerlo yo, no?

se frotó los ojos con la mano derecha, llevaba semanas con dolor de cabeza constante y el sueño se escapaba de sus manos con una facilidad pasmosa...era la primera noche que había conseguido conciliar el sueño y se había esfumado en un instante...pero hacía meses que no hablaba con su padre, así que merecía la pena el ir a clase a la mañana siguiente como un zombi

- No digas palabrotas y pásame a tu madre
- Está durmiend*
- No estoy durmiendo

se giró y vio a su madre en camisón a su lado, con cara de preocupación mientras la miraba fijamente; aparecía en la oscuridad a su antojo, como un fantasma y era incapaz de adivinar cuando estaba cerca y cuando no

- Joder mamá!!tú y tu puta manía de levantarte sin hacer ruido

se había llevado la mano derecha al pecho, el corazón latía rápidamente por el susto; nunca se acostumbraría al hecho de que su madre apareciera a su lado en el momento menos pensado...igual que Seth, su gato...que por cierto, ya estaba remoloneando en sus pies descalzos y congelados por el frío de las baldosas del pasillo, rogando un poco de atención

- Esa boca!!

su madre le arrancó el teléfono de las manos y se puso a hablar con su padre, Anubis cogió a Seth en brazos y se apoyó en la blanca pared del pasillo, bajo la claraboya del techo que dejaba entrar la luz de la luna, dando a la casa un aspecto tétrico.
Mientras acariciaba el mentón del gato, escuchaba atenta los monosílabos de su madre mezclados con el ronroneo del gato mimado

- Aaah, qué pasaaaaa??

se abrió la puerta de la habitación del fondo del pasillo, y de ella salió su hermano; un chico alto y atlético, de cabello castaño, largo y rizado, con unos bucles tapandole los ojos y rascandose la perilla con pereza, bostezando. Anubis le miró, siempre iba de punta en blanco, incluso su pijama!se veía nuevo, bonito y de su talla...Anubis miró el suyo...un jersey gris lleno de agujeros por los que pasaban sus manos perfectamente y unos pantalones tan anchos y viejos que tenía que aguantarlos con una mano para no perderlos por el camino.

había cosido los agujeros del jersey varias veces, pero el gato se las apañaba para descoserlos a mordiscos,así que al cuarto intento de recomponerlo, desistió...casualmente, el gato dejó de prestar atención a los remiendos en el mismo instante en que ella dejó de hacerlos

- Es papá
- Papá?
- Seh

preguntó sorprendido apoyandose al lado de Anubis y acariciando la cabeza a Seth, mirando a su madre

- Ha dicho qué quería?
- Qué va, pero si llama a estas horas...
- ...es porque algo ha encontrado

los dos suspiraron profundamente, mirandose y justo en ese momento, su madre colgó el teléfono y bajó las escaleras corriendo, dirigiendose al piso inferior. Se oyó el tintineo de las llaves de la puerta de la entrada y cómo entraba en su despacho...un estruendo de libros por el suelo y un quejido

- Ya se ha hecho daño

dijo mirando la luna a través de la claraboya y empezó a bajar las escaleras con el gato en brazos

- Que raro en ella...

se echaron los dos a reir y entraron en el despacho de sus padres, dejando a Seth encima de un montón de libros apilados en el suelo, en una esquina.
Si algo no entendían era cómo su madre (una obsesiva del orden y la limpieza...como Samuel, su hermano) podía permitir ese caos en el despacho (su padre era más bien despistado y desorganizado...como Anubis, quizá por eso era el ojito derecho de papá y Samuel el de mamá)

los libros abarrotaban las estanterías, puestos sin ton ni son; los papeles y archivos estaban en carpetas clasificados por años y temas, y estas carpetas, a su vez, en cajas esparcidas por el suelo. Mirara donde se mirara, montañas de libros y papeles lo tapaban todo

Anubis se sentó en una silla, dejandose resbalar hasta dejar la cabeza apoyada en el respaldo y miró al techo naranja...incluso ahí habían papeles enganchados con chinchetas

(aún lo guarda...)

sonrió al ver sus dibujos en el techo; de simples garabatos cuando era niña a los deliciosos dibujos a pluma y tinta de los últimos años...mezclados con las fotos en blanco y negro en papel mate que hacía de vez en cuando, cuando no tenía ganas de mancharse los dedos con la tinta y sólo quería dejar la mente en blanco y hacer que la cámara de fotos hiciera el trabajo de retratar lo que veía por ella...a pesar de todo, no podía negar que lo que hacía lo hacía pensando en su padre, en hacerle feliz ya fuera con un dibujo o una fotografía...sólo por hacerle feliz

miró el reloj de la pared, regalo de su amigo japonés y esbozó una sonrisa, decidió preparar un poco de café para los tres, y dejó a su hermano y a su madre sentados en el suelo, rebuscando algo mientras ella se encerraba en la cocina

Meeeeeeeow

(ups...)

abrió la puerta y Seth entró perezosamente, de un salto subió a la barra de mármol que separaba la cocina de la zona donde comían y se sentó ahí, altivo, mirando a Anubis trasteando los armarios.
preparó la cafetera con el filtro y las 12 cucharadas de café de Kenya que tanto le gustaba a su madre, y en una tetera puso un par de cucharadas de té de frutos rojos para ella y puso el agua a hervir

cuando el agua estuvo en el punto justo, la vertió lentamente en la cafetera, escuchando el borboteo del café y al instante, el penetrante olor a caramelo tostado inundó la cocina...le encantaba el olor a café recién hecho

puso el resto del agua en la tetera y la dejó en la mesa, mirando cómo el agua se tornaba de un rojo carmesí igual a la sangre

se limpió las gafas y entraron su madre y su hermano en la cocina, habían desistido en su búsqueda y ayudaron a Anubis a preparar el almuerzo: tostadas recién hechas de pan de payés, mantequilla y mermeladas de fresa y melocotón, azúcar y sacarina y el brik de leche...la mesa estuvo a punto en un instante

- Vaya

fue al armario y sacó dos tazas para su madre y su hermano que se las cogió enseguida, de otro armario sacó su taza preferida, una alta y bastante grande de color amarillo y con la cara de bob esponja en ella; se sentó en su sitio poniendo un pie en la silla

- Vaya qué?
- Hoy hay almuerzo pijo, qué celebramos?

se llenó la mitad de la taza de té y el resto lo hizo con leche fría...al instante, cientos de grumos aparecieron en la superfície de la taza, dando un aspecto bastante asqueroso a la infusión

- Oh mierda, siempre se me corta la leche con este té...

se puso dos cucharadas colmadas de azúcar y removió un rato, mirando a su hermano peleandose con la mantequilla y quejandose entre bostezos

- Ya lo sabes
- Si, y también sé que siempre tengo dolor de tripa cuando bebo este té y no por eso dejo de hacerlo...madre
- Eref mafoca

chapurreó Samuel escupiendo miguitas en la mesa

- Puede ser...

se bebió el té, todos estaban en silencio hasta que Anubis se levantó a dejar la taza en el fregadero y se sentó en el mármol, al lado de Seth, que los miraba impasible

- Bajate de ahí, ya no eres una niña para estar colgandote de todos sitios
- Ay mamá, no me rayes y dinos porqué ha llamado papá a estas horas, anda

su madre miró a su hermano y se bebió el café lentamente, alargando cada sorbo hasta límites insospechados

- Va mamáaaaaaa!!
- Tu padre cree haberla encontrado

por un instante la miró incrédula, hasta que algo hizo conexión en su cerebro y reaccionó

- Qué?
- Eso
- Ya lo sé idiota, pero digo...la tumba de Ishtair?en serio??
- Eso parece...
- Pero...si es así...

bajó del mármol excitada, mirando con los ojos muy abiertos de un lado al otro, hacía años que su padre excavaba en busca de esa tumba, y parecía que por fin la había encontrado

- Si...

su madre se levantó y recogió la mesa, se lavó la cara y los miró a los dos con expresión seria y preocupada

- Niños...vuestro padre necesita ayuda...dentro de tres días me voy con él, serán solo un par de meses, seréis capaces de estar solos y portaros bien en nuestra ausencia?

los dos hermanos se miraron y sonrieron...dos meses la casa para ellos solos?parecía un sueño hecho realidad

- Joder mamá, que yo tengo 22 años y Anubis 16...ya somos mayorcitos no?
- Si, eso!!y serán sólo un par de meses!

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24 de diciembre

Nochebuena

Hacía un frío terrible a pesar de estar dentro del coche con la calefacción puesta, conduciendo a casa de su amigo Gabriel para disfrutar entre los colegas de una noche de diversión y desvaríos.

Llegó a los 15 minutos, vivían cerca, pero aún así, era casi imposible llegar puntual a ningún lugar por esas fechas, las calles estaban abarrotadas de gente comprando regalos y las carreteras llenas de coches impacientes por llegar a sus casas a comer como cerdos y beber hasta caer rendidos

(borregos...)

se quedó un instante en el coche, apagó el motor y se puso los guantes, el gorro y la bufanda mientras suspiraba pensando en la larga noche que se le presentaba por delante

(en fin...una vez al año no hace daño...o eso dicen)

bajó del coche y abrió el maletero para coger las bolsas con los regalos que había comprado dos meses antes, para asegurarse que encontraba el regalo perfecto para cada uno del grupo, cerró de un portazo y con la llave cerró el coche, cogió las bolsas con las manos y maldiciendo al demonio por el frío que hacía, entró corriendo en el porcho de la enorme casa que esperaba pacientemente su llegada

tocó el timbre una vez

no hubo respuesta

tocó una segunda vez, más rato

no hubo respuesta

(ya verás...)

dejó las bolsas en el suelo y empezó a aporrear la puerta, gritando

- Heeeeeey!!!capulloooooooos!!abrid que me estoy congelandoooooo!!!!

al poco, se oyó algo y un ruido de llaves chocando torpemente contra la puerta, al abrirse, una cálida ráfaga del interior salió de golpe, haciendola sentir un poco mejor

- Lo siento...estaba en la cocina acabando de prepararlo todo
- Tranquilo, anda, ayudame
- Claro

era Gabriel, tan encantador y atento como siempre; se conocían de hacía años y casi no había cambiado: alto (casi 1,82), delgado pero fibrado en su punto justo, cabello negro y ojos azules siempre tristes...cuando sonreía, un hoyuelo surcaba su mejilla izquierda, haciendo que su cara aniñada adquiriera una picardía infantil que lo hacía aún más adorable

vestía una camisa negra impecablemente planchada, unos vaqueros un poco anchos y unas bambas blancas

- Oye...tienes que decirme cómo tienes las bambas tan limpias, las mías se ensucian enseguida

dejaron las bolsas en la cocina, en un rincón y Anubis empezó a quitarse la ropa mientras Gabriel sonrió al oir la pregunta y se ponía el delantal para seguir vigilando la crema de zanahoria y coco

- Es cuestión de limpiarlas con agua templada y unas gotas de amoníaco, pero bueno, tus bambas zarrapastrosas son parte de tu look, no las cambies, jajaja
- Será...

se acercó a él sacando la lengua un poco y le dio una colleja

- Auch!!no me pegueeees, que te quedas sin cenar!

no podía permitirlo!las cenas de Gabriel eran las mejores...tenía un don increible para la cocina, a pesar de ser sólo su hobby

- Aaaaah!!!no seas malooooo!!!

dijo riendo, y se sentó en la mesa, encendiendo la tele y mirandola distraida mientras Gabriel abría una botella de vino y servía un poco en dos copas, una para cada uno

- Toma
- Gracias

brindaron los dos y se bebieron el vino de un trago, poniendose más en las copas...ahora, hasta casi llenarlas

- Joder Gabri, ya me quieres tajar? *dijo riendo*
- Sii, esa es mi intención...mierda, tanto se nota?espero que hayas traido lo que te pedí
- Sip, está ahí

*bebió un poco de vino, señalando una de las bolsas con la cabeza*

- Sabes que no me gusta que bebas si tienes que conducir
- Sabes que no lo hago, no soy tan idiota
- Lo sé...pero prefiero que te quedes a dormir en casa esta noche, así podrás beber todo lo que quieras...por cierto...hoy hace un año, no?

Anubis no dijo nada, bebiendose el vino de golpe

- Ay, perdona...
- Tranquilo, al principio fue duro, ahora ya está...pero también hace más de diez años que mis padres se fueron...y eso que iban a ser dos meses...

Gabriel apagó el fuego y apartó la crema del gas, miró el cordero del horno y se sentó satisfecho al lado de Anubis, rodeandola con un brazo y levantando su copa de vino

- Bueno, dales recuerdos de mi parte, siempre pienso en ellos...y en Samuel!cómo le va?
- Bien, allí sigue, currando en Londres
- Me alegro
- Yo también...por cierto Gabri...
- Dime
- Y tú cómo estás?

Gabriel la miró sonriendo y se bebió el vino de golpe, llenó ambas copas y bostezó

- Pues bien
- Seguro?
- Siiiii, es duro cuando dejas a alguien, pero la cosa no iba bien, así que mejo dejarlo antes de que estuvieramos tan hartos el uno del otro que nos acabaramos odiando no?
- Bueno...eso me pasó a mi, así que odiar a un cabronazo no es tan malo después de todo
- Pero mira que eres...
- Es la verdad
- Brindamos?
- Okis!Por la amistad!
- Porque al fin y al cabo, es lo único que importa!
- SI!

llenaron las copas de vino y brindaron por la amistad, lo único que en ese momento los hacía felices a los dos...estar rodeados de los suyos

- Uf...nos vamos a tajar antes de la cena, ya lo verás
- Aaaah, haber venido antes, a mi qué me cuentas?

dejaron las copas vacías en la cocina y entre los dos montaron la mesa del comedor; la vajilla y cubertería de fiesta, servilletas de colores...

- Y velas de vainilla para la diosa de los muertos
- Anubis-chan!

chocaron las manos y Gabriel la abrazó, dandole un beso en la frente a Anubis, que soltó una risita



[continuará...]

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